La imagen institucional no es la que se ve de una empresa, eso es la identidad visual, sino la que se piensa de la misma, y esta se encuentra en los observadores y consumidores de los productos y/o servicios de esa empresa, esta imagen la tiene toda institución con el simple hecho de existir, nadie está libre y nadie puede evitarlo, existes, bien, entonces tienes una imagen, un concepto que la gente puede leer de vos.
Como diseñador gráfico, artista y gestor de intangibles orientados al marketing y la publicidad, siempre he sostenido la idea de que la imagen de una empresa desempeña un papel fundamental en su éxito. A lo largo de mi trabajo, he aprendido que «la imagen que no se gestiona, se destruye», y esta premisa ha demostrado ser veraz en el mundo de los negocios.
Cuando una empresa es consciente de que su imagen no es un aspecto menor, se instala en la mente de sus clientes. Esta imagen, diseñada con criterio propios de la empresa, es la herramienta que transmite valores y propósitos de manera efectiva. Se convierte en la puerta de entrada a la mente de los usuarios y consumidores potenciales.
Lo que quizás sorprenda a muchos es que la construcción de una imagen original y afín a su empresa puede ser responsable de hasta más del 50 por ciento del éxito de una venta. La imagen de una empresa influye significativamente en el proceso de toma de decisiones de los consumidores.
A pesar de que la imagen de una empresa a veces queda expuesta a influencias externas, es responsabilidad de la empresa tomar el control de su propia imagen. Muchos empresarios dueños de sus empresas, motivados por su pasión y compromiso, optan por gestionar la publicidad por sí mismos. Sin embargo, esto puede ser un enfoque arriesgado si no se poseen las habilidades necesarias en la gestión de imagen y estrategias publicitarias. La imagen de una empresa es mucho más su presencia visual como su marca grafica; es la narrativa que da forma a la marca y sus valores subyacentes.
Un temor común entre los empresarios radica en delegar la gestión de su imagen a terceros. Este temor es comprensible, especialmente cuando han visto cómo algunas agencias aplican enfoques uniformes que homogeneizan a sus clientes. Esto puede dañar la autenticidad y la calidad conceptual de una empresa. Sin embargo, la delegación no debería significar una pérdida de control, sino la búsqueda de un equilibrio que permita plasmar la visión del empresario en estrategias de comunicación efectivas.
En nuestro rol como gestores de intangibles y comunicadores visuales, nos esforzamos en entender profundamente a nuestros clientes. Nos enfocamos en sus productos y servicios, sin perder de vista el contexto y la cultura empresarial así también como la cultura de su audiencia potencial.
Como asesores de imagen, nuestra misión es sumergirnos en la empresa para comprender su cultura, sus negocios y lo que la hace única y diferente, especialmente en el ámbito del diseño y marketing digital. Es fundamental para nosotros distanciarnos de gustos personales, tendencias y modas. En lugar de imponer un estilo enlatado, nos enfocamos en elevar la empresa en sí, permitiendo que se comunique de manera asertiva y orgánica con su audiencia. Este enfoque produce frutos en términos de constancia, excelencia, calidad y el cuidado de la empresa a través de su imagen.
Esta aproximación nos permite no solo entender la empresa desde adentro, sino también transmitir su verdadera identidad de manera efectiva a través del diseño y la estrategia de marketing digital. Es un proceso de colaboración y comprensión mutua que asegura que la imagen refleje con certeza lo que hace que cada empresa sea única e irrepetible.
By Jonatan Quiroga.