¿Vale la pena invertir en publicidad en tiempos de crisis? Esta pregunta la responden muchas empresas de manera ambigua, ya que consideran que ser vistos les atraerá tráfico de dinero, pero al mismo tiempo, la publicidad no es algo económico si se quiere llegar lejos. En tiempos de crisis, la creatividad toma protagonismo porque es una oportunidad para repensar estrategias, analizar la inversión de los recursos de manera consciente y tomar acciones que nos den resultados esperados. Por eso, es recomendable invertir en publicidad aún en tiempos de crisis; no hacerlo es como entregarse al fracaso que esa crisis conlleva.
El punto acá no es simplemente invertir dinero en la publicidad para salir a flote, sino en qué tipo de publicidad nos sacará a flote. Muchas veces, las empresas recurren a agencias de publicidad para que los vendan, pero en realidad, ellas mismas pueden tomar acciones de publicidad más rentables, creíbles e importantes que las que una agencia podría ofrecer. Por ejemplo, tener productos de calidad, brindar una buena atención, ser responsables, mostrar empatía con los clientes, cumplir la palabra, ser honestos, no ser temperamentales, y mantener satisfechos a los empleados; todas estas características contribuyen a la reputación de la empresa y son más importantes que cualquier otra forma de publicidad y el conocido «boca a boca», nunca perderá vigencia y efectividad.
Si este tipo de publicidad no es efectiva en la empresa, la agencia hará visible la empresa, generará un flujo de clientes y dinero, pero no garantizará su permanencia y constancia a largo plazo. Con el tiempo, puede ocurrir un efecto rebote, ya que nadie creerá lo que la publicidad promete debido a la falta de respaldo del boca a boca.
Desde Ilustre.PRO, recomendamos que, en tiempos de crisis, las empresas den lo mejor de sí, optimicen su comunicación interna, sean honestas, responsables, mejoren, sean creativas y, sobre todo, cuiden a sus clientes con lo mejor que tengan. Si a pesar de estos esfuerzos los resultados no son suficientes, entonces podrían considerar recurrir a una agencia de publicidad. Sin embargo, es crucial entender que la agencia no podrá vender algo que no exista, y en caso de hacerlo, puede ser una solución temporal que no garantice el éxito a largo plazo.
En Ilustre.PRO entendemos esto de cerca. Hemos tenido clientes con excelente imagen, redes sociales activas y en crecimiento, y una propuesta tentadora. Sin embargo, nos planteaban que no vendían lo que esperaban, culpando a nuestras habilidades como agencia. Fue entonces cuando decidimos realizar una auditoría de los medios de comunicación que la empresa manejaba paralelamente con sus clientes, al margen de las redes sociales y las áreas que nos competían atender. Descubrimos que no respondían correctamente a mensajes de compra, no eran accesibles en casos que necesitaban flexibilidad con sus clientes, y carecían de empatía con necesidades puntuales que podían satisfacer. La mensajería automatizada de WhatsApp más que un «estamos para servirte», parecía un «¡comprame ya o andate!». Entendimos entonces que no sirve contratar a la mejor agencia si no estás dispuesto a dar lo mejor de vos. Dar lo mejor no debe ser negociable, ya que lleva a las empresas al éxito, y el papel de la agencia es vender eso, no crearlo ficticiamente. Como dice el dicho, «aunque la mona se vista de seda, mona queda». Nosotros lo reinterpretamos: «aunque el proyecto de empresa truncado por malas decisiones de sus dueños busque una buena agencia, truncado queda».
Por Jonatan Quiroga